Resúmenes de los Informes Consultivos
Los siguientes resúmenes de los Informes Consultivos han sido realizados para ponerlos a disposición de los grupos que deseen compartirlos en sus boletines de noticias para fomentar el interés y promover el diálogo sobre la «acción social inclusiva», es decir, la «acción intencional dirigida a detener formas específicas de violencia en modo que no se generen ulteriores divisiones».
Resumen del Informe Consultivo número 1: Acción social inclusiva
En el actual clima de creciente inestabilidad e incivilidad puede ser difícil determinar la acción correcta. Los que estamos comprometidos con el sendero spiritual reconocemos que el trabajo de meditación es esencial por muchas razones. En primer lugar, nos ayuda a permanecer centrados y en contacto, lo cual es necesario para poder escuchar el «susurro apacible y delicado” del Alma que nos guía. En segundo lugar, es el entrenamiento para acceder y canalizar sin distorsiones la energía de la Vida Una. En tercer lugar, nos proporciona el método para actuar en los planos internos, para focalizar la energía en el bien común, para transmutar las formas mentales negativas y purificar nuestro campo energético común de los espejismos e ilusiones. Esta acción en los planos internos es absolutamente crítica, pero ¿es suficiente?
La acción en los planos internos ha de prepararnos e incentivarnos a la acción en el mundo externo. El Tibetano es muy crítico de aquellos que no se comprometen activamente en un esfuerzo por contrastar el mal y las divisiones destructivas. «Les diré que sus plegarias y deseos son fútiles cuando están divorciados de la acción correcta y poderosa». [EXT:233] Por consiguiente, ¿cómo hemos de oponernos al separatismo y a la ofensividad en todas sus formas sin contribuir a profundizar las divisiones existentes? Generar buenos pensamientos y proyectar energía amorosa no es suficiente y podría de hecho ser contraproducente ya que el enviar energía que puede ser transmutada en fuerza destructiva puede a veces resultar en más intensos conflictos. De ahí la necesidad de ser extremadamente claros en la intención y atentos en la invocación de la energía.
En el sentido más amplio, nuestro mandato es recordar y vivir la realidad de que todos somos parte de la Vida Una, componentes interconectados e interdependientes de la vida del Alma. En otras palabras, estamos relacionados con el resto de la humanidad, ya sea que estemos de acuerdo o no con la filosofía o acciones de los demás. Estamos llamados a evocar la buena voluntad para generar correctas relaciones y poner fin a la herejía de la separatividad.
Sin embargo, recordemos que también estamos llamados a «sellar la puerta donde se halla el mal» en vez de enviar energía amorosa a tal mal. Enfrentamos el difícil reto de denunciar las acciones malignas y ofensivas y al mismo tiempo aplicar «amor severo» a los perpetradores. No podemos distanciarnos de aquellos perpetradores porque ellos son, en un sentido muy real, parte de nosotros mismos. Pero podemos proteger a los demás de los efectos de sus pensamientos y acciones, y podemos ejercitar nuestra habilidad en la dirección de la energía en modo de contener su ultraje y destrucción, para que no generen mayor daño.
Para leer el artículo completo de la Escuela de Estudios Esotéricos, consultar la sección Acción social inclusiva en el sitio web de la Escuela.
Resumen del Informe Consultivo número 2: Prepararnos para la acción social inclusiva
En este Informe Consultivo exploramos cómo prepararnos para responder cuando se comprueba una intención de causar dañar, cuando hay una retórica divisiva o cuando se ejerce daño físico o emocional intencionalmente. El ser capaces de responder sin exacerbar o excusar el daño requiere autodisciplina y una atención cuidadosamente cultivada. Si queremos tener éxito, nuestras acciones deben estar arraigadas en la compasión, no en la venganza. Por consiguiente, la primera práctica a desarrollar es la compasión, sentida conscientemente y expresada en pequeños gestos a lo largo de todo el día, hasta que se convierta en nuestra primera respuesta espontanea, en cualquier contexto. Hay ciertos hábitos que interfieren con una respuesta compasiva. Un hábito frecuente es la tendencia a responder a situaciones nuevas o desconocidas con el temor en vez de curiosidad; otro hábito es el efecto corrosivo de la crítica. Para limitar efectivamente la ofensividad es necesaria una intervención compasiva que preserve y fortalezca nuestra interconexión con los demás como parte de la Vida Una. Nuestro objetivo debe ser generar el bien común, afirmando la realidad práctica del Artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU.
Un componente importante de la preparación para la acción social inclusiva es el desarrollo de un equilibrio entre la reflexión sobre uno mismo y el olvido de sí mismo. El olvido de sí mismo significa estar enfocado «hacia afuera», hacia nuestra conexión con todos los seres vivos como parte del Alma Una. Al mismo tiempo, debemos hacer prácticas como la Recapitulación Vespertina para examinar nuestras intenciones y acciones a fin de aprender como limitar y, finalmente, eliminar acciones ofensivas. También somos más capaces de actuar de manera apropiada en forma oportuna si nos tomamos el tiempo de ensayar las posibles respuestas para así ampliar nuestro repertorio de posibilidades.
Pasamos a la acción con más resolución cuando nos identificamos o reconocemos nuestra unidad con los demás. Cuando se representa al otro como un colectivo distante, separado de nosotros, algunas personas no llegan a ser sensibles del daño que experimentado. Además de un enfoque en la integración vertical, necesitamos desarrollar una conciencia gradual de la inclusión en nuestras relaciones horizontales, más allá de nuestros círculos esotéricos inmediatos. En última instancia, nuestro objetivo debe ser el de reconocer a cada persona y a cada grupo que sea blanco de acciones violentas como «familiares», parte de nuestras conexiones más íntimas. Si nos acostumbramos a identificar a cada grupo sobre el que escuchamos o leemos come si fueran nuestros familiares, como personas que nos interesan profundamente, evitaremos ser indiferentes ante la violencia ejercida y evitaremos la culpabilidad de no actuar al respecto.
Para leer el artículo completo de la Escuela de Estudios Esotéricos, consultar la sección Acción social inclusiva en el sitio web de la Escuela.
Resumen del Informe Consultivo número 3: Implementar la acción social inclusiva
En este tercer Informe Consultivo, examinaremos algunos de los posibles pasos a seguir para eliminar o rechazar la violencia perpetrada, intencional o inintencionalmente. La inacción nos hace cómplices de lo que está sucediendo. Pronunciarse contra la violencia es una cuestión de actitud y preparación. Debemos pasar a una perspectiva que afirme, con compasión, tolerancia cero contra la violencia en cada una de sus innumerables formas. Nuestra responsabilidad es sensibilizarnos para darnos cuenta de las muchas formas de violencia y asegurarnos de que nuestra respuesta inmediata sea: «Esto no está bien».
Nuestro compromiso espiritual es expresar la buena voluntad que producirá correctas relaciones y nos recordará que todos somos parte de la Vida Una. Se nos dice que la separatividad, o actuar de una manera que contradice la unidad, es la Gran Herejía. Por lo tanto, para identificar acciones dañinas o separativas, debemos prestar atención cuando se verifiquen móviles y acciones (o inacciones) que demuestren indiferencia hacia la condición humana.
Uno de los conceptos más difíciles de aceptar es que hay personas y grupos que son verdaderamente malvados, es decir, que son profundamente mezquinos o inmorales, sin una brújula moral. Tales individuos o grupos pueden parecer fascinantes o persuasivos y, por lo tanto, puede ser difícil reconocer que sus intenciones son moralmente corruptas. Tales personas eventualmente tendrán que enfrentar las consecuencias kármicas de sus propias acciones. Nuestra tarea es limitar y revertir el daño que buscan hacer, no tratar de salvarlos de ellos mismos enviando energía amorosa que podría reforzar sus acciones dañinas.
También es necesario estar atentos al lenguaje separativo. La palabra da forma al pensamiento y lo pone a disposición de los demás. Si tomamos en serio la enseñanza de que «la energía sigue al pensamiento», entonces los pensamientos que expresamos dan forma a nuestro universo y a nuestra experiencia compartida. Como ejemplo, durante la presidencia de Trump en los Estados Unidos, vimos el poder del lenguaje para humillar, confundir y, mediante repetidas mentiras, anestesiarnos a la realidad de lo que está sucediendo. Incluso si puede resultar extenuante, es esencial resistir y enunciar la verdad. De lo contrario, las falsedades permanecen y se acumulan hasta que ya no podemos discernir qué es ético o moral.
A un nivel más general tenemos los chistes y los comentarios que degradan y humillan. Debemos tener cuidado no solo con el lenguaje que usamos, sino también estar preparados para detener las formas de lenguaje que causan daño. Si no tenemos una preparación adecuada, una broma sexista, racista o discriminatoria hacia los ancianos nos pueden encontrar desprevenidos. La forma en que respondamos dependerá de las circunstancias y también de nuestro estilo particular. No hay una sola respuesta «justa» para todas las situaciones; más bien, se trata de estar listos para indicar claramente que lo que se ha dicho no es bueno y no estamos de acuerdo.
Finalmente, debemos prepararnos para contrarrestar las acciones planificadas o ya emprendidas. En las primeras versiones de la Gran Invocación encontramos la frase «Construye una muralla protectora». El Tibetano explica que el significado es «Hasta aquí, y no más allá». Limitar el impacto de la expresión y del poder de los agresores implica que los discípulos y las personas de buena voluntad desempeñemos energéticamente la parte que nos corresponde. Aunque las barreras energéticas son importantes, la acción física práctica también es fundamental. Nuestro desafío es encontrar formas de expresar «Hasta aquí, y no más allá» que protejan a las posibles víctimas, sin dañar a los perpetradores de manera inapropiada, y sin acelerar la violencia. A veces, la violencia ya ha ocurrido y es demasiado tarde para intervenir, o cualquier intervención sería demasiado peligrosa. En ese caso, al menos podemos testificar lo ocurrido en vez de ser indiferentes.
Para leer el artículo completo de la Escuela de Estudios Esotéricos, consultar la sección Acción social inclusiva en el sitio web de la Escuela.